miércoles, 26 de diciembre de 2012

Tengo Síndrome de Asperger y no soy asesino. Recomendamos la película Mi nombre es khan.


Tras la matanza de Newtown los Trastornos del Espectro del Autismo han adquirido una triste notoriedad. Se ha creado (otra vez) una triste, lamentable y falsa asociación entre el Autismo y el Asperger con actos violentos. Ya se dejó entrever tras la matanza de Utoya, cuando se insinuó que el autor de los hechos -Andres Breivik- tenía Asperger. Pero en el caso de Newtown y Adam Lanza ha sido una asociación directa. Años de difícil trabajo de concienciación tirados por la borda por una serie de titulares y comentarios en medios de comunicación, no solo irresponsables, además carentes de fundamento. Nuevamente los mitos sobre los TEA se potencian, se pretende dar explicación a hechos terribles condenando a millones de personas por su condición.
¿Si Adam Lanza o Anders Breivik hubieran sido homosexuales habría pasado lo mismo? ¿Alguien se habría atrevido a decir que por su condición sexual eran unos asesinos? No lo creo. Y esto no habría sido así porque la orientación sexual de una persona no lo convierte en mejor ni peor. Pero uno de los aspectos más terribles que hemos observado estos días es la ligereza con la que se habla sobre el autismo y el asperger. Una ligereza basada en un total desconocimiento, en una gran ignorancia sobre lo que es en realidad esta condición, que por cierto, tienen mas de 65 millones de personas. Crear un mito es muy fácil, demostrar la verdad es muy difícil.
Ayer mismo, en el programa del canal Cuatro “Cuarto Milenio” se fomentaba esta asociación de Asperger y crimen por parte del Dr. Cabrera. A pesar de que la calidad del citado programa es más que discutible, seguimos sin entender cómo se puede permitir que en un medio se digan las barbaridades que allí se lanzaron a las ondas. Hay una serie de aspectos que son muy importantes para entender lo complejo que sería para una persona con un Trastorno del Espectro del Autismo convertirse en un asesino en masa:
  • Las personas con TEA suelen tener problemas en la Función Ejecutiva. “El concepto de Función Ejecutiva define a un conjunto de habilidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y programas, el inicio de las actividades y operaciones mentales, la autorregulación de las tareas y la habilidad de llevarlas a cabo eficientemente” (sic), es decir, que organizar algo tan complejo como una masacre requiere de mucha planificación, y ese es precisamente uno de los déficits que se dan en la persona con TEA.
  • Las personas con TEA tienen muchos problemas en la comprensión de las intenciones de los demás, esa capacidad para entender los estados mentales de otras personas, llamado Teoría de la Mente, es otro de los grandes déficits en las persona con TEA.
  • El síndrome de Asperger no es un trastorno de personalidad, es un trastorno del desarrollo que dificulta  la interacción social, entre otras cosas. Las personas con Síndrome de  Asperger tienen dificultades para entender las relaciones sociales y para participar en los intercambios sociales propios de las personas de su edad.
Y curiosamente, para decidir, organizar y perpetrar este tipo de asesinatos en masa, la función ejecutiva y la capacidad mentalista (Teoría de la Mente) deben estar muy desarrolladas. Este aspecto tan importante nos lleva a la conclusión de que Autismo y Asperger son -en un 99,9% de los casos- incompatibles con el perfil de un asesino en masa.
En la película “Mi nombre es Khan” se trata precisamente lo peligroso que es asociar la condición de una persona con algo malo, de forma que se criminaliza a millones de personas por el mero hecho de tener una determinada religión, raza, condición, orientación sexual,… En “Mi nombre es Khan” se abordan muchos de los mitos sociales que a través de los medios de comunicación se han derramado sobre la sociedad. El protagonista de la película, Khan, nace en la India, en el seno de una familia humilde. Pero su madre, consciente de su diferencia pero también de sus capacidades, se empeña en que tenga una educación (con un maestro particular) y además le inculca unos valores basados en la humanidad, la igualdad, el respeto y el amor, que serán fundamentales en su vida adulta. Y a pesar de que mucha gente con Asperger decía no sentirse identificada con la interpretación del protagonista, es importante resaltar que el perfil general lo cumple: Problemas en la comprensión de las intenciones de los demás; Literalidad; Dificultad en la expresión de las emociones; Poco contacto visual; …. Evidentemente es la visión de una persona con Asperger en la India, donde la intervención temprana, diagnósticos, talleres sociales, etc, etc, etc, es una entelequia. Por tanto, son personas que nunca tuvieron una adecuada intervención y ayuda, así como un inmenso rechazo social, tal y como se refleja en la propia película, hecho que los convierte en auténticos supervivientes dignos de admiración.
No percibo los sentimientos que no se expresan Esta frase la pronuncia Khan intentando explicar que muchas veces le cuesta entender las acciones motivadas por las emociones de los demás. Y en esta falta de comprensión, también se puede incluir la envidia, el odio, la venganza, la ira, la maldad,…, pero sí es capaz de descubrir cómo el amor hacia una mujer le afecta en lo más profundo de su ser, ya que incluso ese amor le produce un dolor interior que antes no había sentido. Explica muy bien los modelos de percepción del afecto y de las emociones, que por el hecho de percibirlas o expresarlas de forma distinta, no implica que no las tengan. Las personas con TEA tienen una ingenuidad social que las caracteriza, ya que la emociones  negativas que producen actos premeditados es muy difícil de encontrarlas en estas personas.
Esta película (que recomendamos efusivamente) tiene su momento álgido tras los atentados del 11 de Septiembre del 2001 en Nueva York, y la consiguiente islamofobia que en los EE.UU. (Y fuera también) se implanta en la sociedad. Khan, profesa la fe islámica, y debido a una serie de acontecimientos (que no les desvelamos para que ustedes vean el film) quiere ir a ver al presidente de los EE.UU. para decirle “¡Mi nombre es Khan y no soy un terrorista!
La película está repleta de mensajes muy válidos y necesarios. A consecuencia de los disturbios de 1983 en la India entre hindúes y musulmanes la madre de Khan le explica con unos sencillos dibujos que no hay que diferenciar a las personas por su religión, sino por su actitud ante la vida, y este hecho marca la forma de ser del protagonista.
“En este mundo solo hay dos clases de personas, gente buena que hace el bien y mala que hace el mal. No hay otra diferencia entre las personas”
Khan aglutina en una sola persona toda una serie de “problemas sociales”: Inmigrante, musulmán, sin apego por el dinero y con Síndrome de Asperger. La persona ideal para ser estigmatizada, excluida y perseguida por el único delito de no cumplir con el arquetipo normalizado de una sociedad modelada a golpe de televisión. Y es que Khan debe luchar contra todo eso. Y su mejor arma es el amor, ya que es lo que le hace ser fuerte, incluso a pesar de su dulce ingenuidad. Y se reafirma en otra de las muchas bellas frases de la película “La familia no sólo esta hecha de sangre, también esta hecha de amor“, porque el amor es el mejor pegamento, no entiende de clases, razas, religiones, condiciones o ideas, solo de nuestras actitudes.
La perseverancia en sus acciones, la bondad, la franqueza, la sinceridad y un amor incondicional hacia las personas son los principales rasgos de la personalidad de Khan. Si mucha más gente compartiese este tipo de valores fundamentales este mundo, sería sin duda alguna, mucho mejor.
Para verla on-line pincha aqui
Tomado de Autismo Diario. Gracias Daniel Comin.

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