domingo, 22 de enero de 2012

CAMBIO DEL AUTISMO EN EL DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Y EN EL DSM-V




 En la edición impresa de 2014, desaparecerán los puntos 2 y 3, los conflictivos, una vez que tenga el visto bueno global, será:

(Del lat. cient. autismus, y este del gr. αὐτός ‘uno mismo’ e -ισμός ‘-ismo’).

1. m. Repliegue patológico de la personalidad sobre sí misma.

2. m. Med. Trastorno del desarrollo que afecta a la comunicación y a la interacción social, caracterizado por patrones de comportamiento restringidos, repetitivos y estereotipados.



TGD --TEA


En Mayo de 2013 se prevé la publicación del DSM-V, la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría. Desde hace años, los mayores expertos internacionales se han estado reuniendo en grupos de discusión organizados  alrededor de los diferentes trastornos incluidos en el DSM-IV. Agrupados por áreas temáticas de discusión, han analizado las actuales categorías diagnósticas desde diferentes perspectivas. La propuesta de estos expertos augura muchos cambios en la categoría Trastornos Generalizados del Desarrollo para el futuro DSM-V. Esta propuesta no es definitiva y está abierta a sugerencias razonadas de cualquier profesional. 


El trastorno autista se convierte en el único diagnóstico posible de la actual categoría diagnóstica TGD y pasa a llamarse Trastorno del Espectro de Autismo. Por tanto, la propuesta supone eliminar el resto de categorías diagnósticas (Síndrome de Asperger y TGD-NE, entre otras) como entidades independientes, además de sacar explícitamente el Síndrome de Rett de los actuales TGD. El cambio de nombre trata de enfatizar la dimensionalidad del trastorno en las diferentes áreas que se ven afectadas y la dificultad para establecer límites precisos entre los subgrupos. 

Los criterios diagnósticos del futuro Trastorno del Espectro de Autismo cambian respecto a los actuales criterios del Trastorno Autista. Se propone fusionar las alteraciones sociales y comunicativas, manteniéndose el criterio referido a la rigidez mental y comportamental.  Los criterios propuestos (2º borrador, revisado el 26 de enero de 2011) son:

 
A.  Déficits persistentes en comunicación e interacción sociaa lo largo de diferentes contextos, que no se explica por retrasos evolutivos de carácter general, y se manifiesta en todos los síntomas siguientes:


  1. Dificultades en reciprocidad socio-emocional; rango de comportamientos que van desde mostrar acercamientos sociales inusuales y problemas para mantener el flujo de ida y vuelta normal de las conversaciones, pasando por un reducido interés por compartir intereses, emociones y afecto y responder a ellos, hasta una falta total de iniciativa en la interacción social.
  2. Déficits en conductas comunicativas no verbales usadas en la interacción social; rango de comportamientos que van desde mostrar una marcada dificultad para integrar conductas comunicativas verbales y no verbales, pasando por anomalías en el contacto visual y el lenguaje corporal, y déficits en comprender y usar la comunicación no verbal, hasta una falta total de expresividad emocional o gestual.
  3. Dificultades para desarrollar y mantener relaciones apropiadas para el nivel de desarrollo (más allá de aquellas desarrolladas con los cuidadores); rango de comportamientos que van desde dificultades para ajustar el comportamiento para encajar en diferentes contextos sociales, pasando por dificultades para compartir juegos de ficción y hacer amigos hasta una ausencia aparente de interés en la gente.

B.  Patrones repetitivos y restringidos de conducta, actividades e intereses, que se manifiestan en, al menos dos de los siguientes síntomas:

  1. Conductas verbales, motoras o uso de objetos estereotipados o repetitivos(ejs., movimientos motores estereotipados, ecolalia, uso repetitivo de objetos, frases idiosincrásicas).
  2. Adherencia excesiva a rutinas, patrones de comportamiento verbal y no verbal ritualizado o resistencia excesiva a los cambios (ejs., rituales motores, insistencia en comer siempre lo mismo o seguir siempre el mismo camino, preguntas repetitivas o malestar extremo ante pequeños cambios).
  3. Intereses restringidos, intereses obsesivos que son anormales por su intensidad o el tipo de contenido (ejs., apego excesivo o preocupación excesiva con objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes).
  4. Hiper- o hipo-reactividad sensorial o interés inusual en aspectos del entorno (ej., indiferencia aparente al dolor,/calor/frío, respuesta aversiva a sonidos o texturas específicas, oler o tocar objetos en exceso, fascinación por las luces u objetos que giran). C. Los síntomas deben estar presentes en la infancia.

C. Los síntomas deben estar presentes en la infancia temprana (aunque pueden no manifestarse plenamente hasta que las demandas del entorno excedan las capacidades del niño).

D. El conjunto de los síntomas limitan y alteran el funcionamiento diario.

Deben cumplirse los criterios A, B, C y D.

            El diagnóstico se completará especificando algunas características de la presentación clínica (severidad, competencias verbal, curso evolutivo...).

            Respecto a la severidad, el segundo borrador de los criterios diagnósticos incorpora una propuesta para clasificar la severidad del TEA. Ofrece la descripción de tres niveles de severidad para cada una de las dos dimensiones que forman los criterios diagnósticos. 

            También se podrán describir las características asociadas al TEA (presencia de trastornos genéticos asociados, discapacidad intelectual, epilepsía...). El retraso del lenguaje deja de considerarse un síntoma definitorio del autismo (no es ni universal ni específico), sino un factor que afecta a la manifestación de los síntomas.

            El texto ofrecerá ejemplos sobre los síntomas en diferentes rangos de edad o de competencia verbal.

           El Síndrome de Asperger (SA) se elimina como categoría independiente, subsumiéndose en la categoría TEA. El comité de expertos entiende que los criterios diagnósticos del DSM-IV no son ni exactos ni fiables y valora que la etiqueta se ha utilizado de forma inexacta y poco rigurosa. Aunque se concibe el SA como parte del Espectro de Autismo, el comité afirma que la investigación no avala que el SA sea algo distinto del Autismo de alto nivel de funcionamiento, así como tampoco la existencia del SA como categoría independiente. Dada la importancia del lenguaje y la competencia intelectual en la manifestación de los síntomas, el comité propone considerar la dimensión de severidad de los síntomas contemplando el funcionamiento verbal actual y la competencia intelectual.

Respecto al Trastorno Desintegrativo de la Infancia (TDI), la investigación reciente revela que la mayoría de los chicos con autismo pierden habilidades y que ésta pérdida puede ocurrir tras un desarrollo típico, así como con alteraciones, por lo que establecer la frontera entre autismo con regresión y TDI no es fácil. De hecho, los criterios diagnósticos del TDI no son muy exactos. Hacen difícil diferenciar entre autismo con regresión y TDI entre los 2 y los 3 años y en ocasiones, no es fácil establecer si el desarrollo antes de los dos años fue normal. Además algunos trabajos no han encontrado diferencias sustanciales entre autismo y el TDI al evaluar el pronóstico. Los expertos concluyen que el TDI no tiene una entidad suficiente como para separarlo del autismo. Se propone la dimensión `trayectoria evolutiva´ para describir el modo en que aparecieron los síntomas y recoger la existencia de una pérdida de habilidades.

Siguiendo la lógica del planteamiento dimensional que sustenta el planteamiento del trastorno del espectro de autismo en el DSM-V, el  Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado desaparece y se incluye dentro de la categoría TEA. La razón principal es la dificultad para establecer límites precisos entre las categorías actuales dentro de los TGD.

Por último, se ha propuesto que el Síndrome de Rett abandone los actuales  TGD, puesto que los síntomas autistas que muestran las personas con éste síndrome sólo aparecen por un período de tiempo limitado. Además, la lógica que sigue el DSM no es clasificar los trastornos en base a su etiología (aunque incluirá un especificador) y hace años que se conoce el gen que causa la inmensa mayoría de los casos con Síndrome de Rett. Es importante destacar que los criterios diagnósticos también se modificarán (algo que en la práctica ya se había hecho). 

Los criterios diagnósticos de TEA no son los únicos que van a cambiar, cambiarán la mayoría. En lo que se refiere al diagnóstico diferencial de TEA con otros trastornos del desarrollo, tiene especial importancia los cambios que se están proponiendo en losTrastornos de la Comunicación y el Lenguaje (Trast. del Lenguaje, Trast. del Desarrollo del Lenguaje, Trast. Específico del Lenguaje,  Trast. de la Comunicación Social, Trast. de los Sonidos del Habla, Trast. de la Fluidez del habla de inicio en la infancia y Trast. de Voz). Si quieres consultar más en detalle los criterios de los trastornos neuroevolutivos (nueva categoría propuesta para el DSM-V en la que se engloban la discapacidad intelectual, los trast. de la comunicación y del lenguaje, los TEA, el déficit de atención con hiperactividad, los trast. de aprendizaje y los de coordinación) más relevantes, puedes hacerlo bajándose esta presentación . 

Es importante recordar que todo lo que acabamos de comentar es una propuesta aún abierta. Es recomendable que los profesionales revisemos estos criterios y, si pensamos que podemos aportar algo, enviemos nuestras sugerencias para que sean analizadas. ¡Atento a los plazos!

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